domingo, 31 de marzo de 2013

¡EL SEÑOR RESUCITÓ!

Haya, pues, en vosotros este mismo sentir 
que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios,
no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo,
hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo,
y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla
de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre.
(Filipenses 2.5-11)


¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
No está aquí sino que ha resucitado.
(Lucas 24.5-6)

Si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, 
vana es también nuestra fe.
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos.
(1ª Corintios 15.14, 20)

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