viernes, 8 de noviembre de 2013

FRANÇOIS BOVON, IN MEMORIAM

El día 2 de noviembre murió el gran exegeta suizo François Bovon.

Nacido en 1938, fue profesor de Nuevo Testamento y orígenes del cristianismo en la Universidad de Ginebra de 1967 a 1993, y en la Universidad de Harvard de 1994 a 2012, fecha en la que regresó a Suiza. No pocos estudiantes de su primera etapa de docente, entre los que se encuentran varios pastores, recuerdan su gran calidad pastoral, académica y humana.

François Bovon escribió numerosos artículos especializados y un gran comentario al Evangelio de san Lucas que sobrepasa las dos mil quinientas páginas. Sólo esta magna obra le ha hecho merecedor de un puesto destacado entre los filólogos y teólogos bíblicos del siglo XX.

Su Evangelio según san Lucas, en cuatro volúmenes, tiene en cuenta las últimas monografías y los estudios especializados, sin olvidar en cada perícopa la historia de la recepción. Con todo, el mayor esfuerzo del comentarista se centra en no permitir que las distintas investigaciones «se impongan al propio texto bíblico, que es siempre el que tiene la autoridad» (Prólogo, vol. I).

François Bovon era pastor de la Iglesia evangélica desde 1964. No obstante, su obra constituye un impulso ecuménico de gran valor, ya que en ella se entiende la Palabra de Dios como un espacio privilegiado de encuentro y relación no sólo entre cristianos, sino con toda persona de buena voluntad que se acerca sin prejuicios a ella.


Descanse en paz.

(Nota tomada de la web de la editorial Sígueme, que publica su excelente comentario al Evangelio de Lucas)

martes, 5 de noviembre de 2013

PREMIO DIACONÍA A ELISABET SUÁREZ


Hoy he recibido la buena noticia de que a Elisabet Suárez se le ha concedido el Premio Diaconía al Voluntariado Social, reconociendo su trayectoria ejemplar en la ayuda solidaria. En el año 2010, la junta directiva de la Comunidad Bautista de Madrid que tuve el privilegio de presidir, decidimos presentar su candidatura a dicho premio, entendiendo que reunía méritos más que suficientes para recibir el galardón. La vida de Eli es un ejemplo de servicio entregado a quien lo pueda necesitar. Este año se cumplen 20 de la creación del Ministerio de Obra Social de la Comunidad Bautista de Madrid que tan dignamente Eli ha coordinado. Para ella no hay horas, ni esfuerzos. De su dedicación se han beneficiado muchos, cuyos nombres nunca sabremos, así como iglesias, instituciones y misiones nacionales e internacionales, bautistas y de otras denominaciones evangélicas, incluso no religiosos; cualquiera que lo necesite encuentra en ella una corazón sensible a la necesidad y una vida dispuesta al servicio.
Sé que a Eli no le gusta que se personalice en ella mérito alguno, pero como buen amigo, y habiendo tenido la oportunidad de verla trabajar de cerca, no me queda más que felicitarla por un más que merecido reconocimiento. ¡Enhorabuena!

viernes, 18 de octubre de 2013

De ateo a deísta por la ciencia

"Dos factores fueron especialmente decisivos. Uno fue mi creciente empatía con la idea de Einstein y de otros científicos notables de que tenía que haber una Inteligencia detrás de la complejidad integrada del universo físico. El segundo era mi propia idea de que la complejidad integrada de la vida misma —que es mucho más compleja que el universo físico— solo puede ser explicada en términos de una fuente inteligente. Creo que el origen de la vida y de la reproducción sencillamente no pueden ser explicados desde una perspectiva biológica, a pesar de los numerosos esfuerzos para hacerlo. Con cada año que pasa, cuanto más descubrimos de la riqueza y de la inteligencia inherente a la vida, menos posible parece que una sopa química pueda generar por arte de magia el código genético. Se me hizo palpable que la diferencia entre la vida y la no-vida era ontológica y no química. La mejor confirmación de este abismo radical es el cómico esfuerzo de Richard Dawkins para aducir en El espejismo de Dios que el origen de la vida puede atribuirse a un “azar afortunado”. Si este es el mejor argumento que se tiene, entonces el asunto queda zanjado. No, no escuché ninguna voz. Fue la evidencia misma la que me condujo a esta conclusión." ANTONY FLEW

sábado, 12 de octubre de 2013

DICTIONARY OF JESUS AND THE GOSPELS

El "Dictionary of Jesus and the Gospels, 2nd edition", en el que he tenido el privilegio de contribuir con una entrada, 'Repentance,' ya está disponible: http://ivpr.es/1c9vo4v


Esta segunda edición del Dictionary of Jesus and the Gospels es una versión completamente reconstruida y revisada de la aclamada primera edición de 1992. Aquellos que han disfrutado y se han beneficiado de la riqueza de la primera edición encuentra en la segunda edición un compañero igualmente indispensable para el estudio y la investigación. Más del noventa por ciento de los artículos han sido completamente reescritos, y el resto revisado y actualizado completamente. Esta es la puerta de entrada a un resumen y evaluación fiables y completos de los últimos veinte años de estudios sobre Jesús. Una nueva generación de estudiosos ha abierto el camino para que este Dictionary of Jesus and the Gospels para el siglo XXI.

jueves, 10 de octubre de 2013

sábado, 7 de septiembre de 2013

REFLEXIONES SOBRE UN CONGRESO DE TEOLOGÍA

Este fin de semana se está celebrando el 33 Congreso de Teología de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, bajo el título ‘La Teología de la Liberación, Hoy’. La Juan XXIII aglutina a buena parte de los sectores más progresistas dentro de la Iglesia Católica Romana de España, contando con la participación de algún que otro teólogo protestante. Destaca su énfasis en “hacer de la opción preferencial por los pobres marco básico y lugar epistemológico de la reflexión teológica”.
Para muchos evangélicos, tan solo los términos aludidos hasta ahora –católico; Juan XXIII; progresistas; opción preferencial por los pobres; Teología de la Liberación- nos pueden llevar a percibir la Asociación como algo ajeno a su realidad, a su forma de entender y vivir la fe. Ese no es ‘el/su evangelio’. Si a eso añadimos que el lugar de reunión es la sede de un sindicato comunista, el desencuentro con un buen número de evangélicos no podría ser mayor.
El congreso de este año tiene una serie de ponencias de las que me gustaría destacar algunos de los títulos:
La situación económica y política del mundo
Testimonios de liberación
Diálogos sobre feminismo, derechos humanos y teología de la liberación en Europa
Otro mundo es necesario: Justicia y solidaridad
La iglesia de los pobres
Ciertamente, no es nuestra jerga evangélica habitual. No son los temas que aparecen en nuestras reuniones, convenciones o asambleas denominacionales. Sin embargo, no dejo de preguntarme, al pensar en esos temas y sus implicaciones, si no son los temas que Jesús mismo trataba, aunque lo hiciera con palabras y gestos propios de su tiempo. Su condena de las riquezas y el materialismo; su respaldo a los pobres y destituidos sociales; las advertencias a los ricos; las experiencias liberadoras de mujeres y marginados; la llegada de una forma distinta de ser y hacer en el mundo, por medio del reino de los cielos que en él se encarna e inaugura.
No sé cómo irá el congreso. Posiblemente no hablen el mismo lenguaje que hablamos muchos de los evangélicos y carezca de nuestra especial sensibilidad hacia ‘lo espiritual’. Pero quizás apunta en mejor dirección que muchos de nosotros, asumiendo el reto de intentar dar sentido a las palabras de Jesús:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón,
a pregonar libertad a los cautivos
y vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos
y a predicar el año agradable del Señor»

jueves, 25 de julio de 2013

OFICINA DE PRENSA DE FEREDE
Comunicado de FEREDE con motivo del trágico accidente ferroviario en Galicia



(Redacción, 25/07/2013) Con motivo del trágico accidente ferroviario acontecido anoche en las proximidades de Santiago de Compostela, la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) ha emitido un comunicado que ha enviado, entre otros destinatarios, al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, expresando la solidaridad y apoyo del pueblo evangélico español, junto con el compromiso de orar “para que el consuelo, la esperanza y la paz del Señor Jesucristo puedan alcanzar a todos los compostelanos y gallegos, hoy conmocionados y entristecidos por esta dolorosa tragedia”.

He aquí el texto completo del comunicado:

FEDERACIÓN DE ENTIDADES RELIGIOSAS EVANGÉLICAS DE ESPAÑA
Madrid, jueves 25 de julio de 2013
Ante la noticia del trágico accidente ferroviario acontecido ayer en las proximidades de la capital gallega, con el resultado de un elevado número de víctimas mortales y heridos, deseamos expresar, en nombre de las iglesias y entidades evangélicas y protestantes de toda España integradas en FEREDE, nuestras más sentidas condolencias y solidaridad para con los familiares de las víctimas mortales y para con los heridos, deseando a estos últimos una pronta y completa recuperación.

Del mismo modo, queremos hacer extensiva nuestra solidaridad y apoyo a las autoridades y a todo el personal médico y asistencial, cuerpo de bomberos, policía, psicólogos, etc., así como al conjunto de los ciudadanos de Santiago de Compostela y alrededores que, desde el primer momento, han estado y están trabajando sin descanso para asistir a las víctimas y a sus familiares.

Por último, oramos a Dios para que el consuelo, la esperanza y la paz del Señor Jesucristo puedan alcanzar a todos los compostelanos y gallegos, hoy conmocionados y entristecidos por esta dolorosa tragedia.

Vuestros en Cristo,

José Luis Andavert Escriche (Presidente)

Mariano Blázquez Burgo. (Secretario Ejecutivo)

Fuente: FEREDE | Redacción: Actualidad Evangélica
VÍDEO DEL ACCIDENTE FERROVIARIO


miércoles, 10 de julio de 2013

PASTORAL

Estoy leyendo el último (?) libro de Justo L. González, Breve historia de la preparación ministerial, editado por CLIE (2013). Acabo de empezar, y espero hacer una reseña del mismo en breve. Pero antes de adentrarme más en un libro que, a pesar de breve, me parece muy pertinente e interesante, quisiera compartir algunas reflexiones personales acerca del ministerio pastoral.
Es evidente que hablo desde una perspectiva subjetiva pero no carente de criterio. El hecho de pertenecer a una de las familias del protestantismo histórico español me da una cierta perspectiva espacial y temporal. Mi ubicación profesional en un centro histórico de formación teológica protestante en España, y mis más de 20 años de experiencia pastoral (además de ser hijo de pastor) me permiten tener una perspectiva suficientemente informada y amplia de situaciones que se están dando en el área del ministerio pastoral. Eso, por no mencionar mi experiencia ministerial y formativa fuera de España, que aumentaría los parámetros de análisis.
La perspectiva y percepción del ministerio pastoral está cambiando en los últimos años. Soy parte de una generación de pastores que ronda los cincuenta años (¡a mí aún me faltan unos cuantos para llegar!), por lo que he conocido una forma de entender qué es ser pastor y, a su vez, veo a mi alrededor esos cambios que rompen con la perspectiva más tradicional. Al mirar a estos cambios, tan solo pretendo reflexionar sobre aquellos valores en el ministerio pastoral que creo son atemporales, por más que los tiempos cambien. A eso me quiero ceñir. Los aspectos contextuales cambiantes y cambiables los dejo para mejor ocasión.
Una de las situaciones más comunes que me encuentro en congregaciones que buscan pastor es la de enfatizar la cercanía del posible nuevo pastor o pastora a la congregación; es decir, para ponerlo muy claro y escueto, que visite. Todavía no he encontrado un elemento que concite mayor coincidencia entre congregaciones dispares en forma y fondo. Que el pastor sea alguien cercano, atento y pendiente de la vida de las personas que forman de una manera u otra la congregación. Algunos rechazan el término porque les suena a ‘católico-romano’, pero el tradicional concepto de cura de almas creo que mantiene su validez (sin perdernos aquí en semánticas) y, para el caso, nos sirve. Esa función tradicional de acompañar al individuo y la congregación en el proceso de maduración espiritual, de consolación, de sanidad, de liberación (en el sentido más amplio y no el neopentecostal que nos acucia), de formación, de santificación, el consejo sabio, la palabra de aliento, etc. La primera vez que, hace ya algunos años, oí a un compañero salirse de esa concepción del pastorado fue cuando se definía a sí mismo como ‘pastor de oficina’. De ahí hasta ahora, mucho camino recorrido. Ahora muchos pastores aspiran a equipararse o toman sus referentes en modelos gerenciales (de empresa). Su tarea ya no requiere cercanía sino organización, cosa que no entiendo porqué convierten en alternativas. Se puede ser cercano y bien organizado. El problema radica en la percepción de la organización. La estructura organizativa no es evangélica sino empresarial. Y también los objetivos. El pastor pierde visibilidad hacia la congregación en favor de actividades ‘organizativas’. Planificar, organizar, gestionar, reuniones, resultados, objetivos, evaluación, etc., se convierten en el lenguaje pastoral actual de muchos, a costa de un modelo de guía eclesial fundamentado en la cercanía, el ejemplo, y no tan solo en organigramas eclesiales. Mucho de la imitatio Christi que provenía de mirar al ejemplo de vida del pastor se pierde, porque al pastor se le ve poco. Encarnar el reto de Pablo de ‘sed imitadores de mí, como yo de Cristo’ se pierde por ‘incomparecencia’.
Otra idea denostada pero importante como pocas cosas, me parece a mí, es la del sermón dominical como ‘alimento espiritual para la semana’; esto ha perdido su función. Soy consciente de que no se mantiene una vida espiritual de domingo a domingo, pero no se ha mejorado nada con púlpitos que son tarimas de entretenimiento, donde la centralidad de la Palabra y la exégesis y exposición fiel del texto (y contextualizada) se sustituyen con multitud de experiencias y anécdotas, que entretienen al auditorio pero que les deja tan vacíos como entraron. Qué lejos quedan esos sermones que envigorizaban a la congregación y que les encauzaban para afrontar la semana. Los pastores ya no predican con frecuencia, porque siempre hay un invitado interesante o porque hay alguien que ‘también lo hace bien’ (¡qué duda cabe!), ya que están muy ocupados en otros menesteres ‘más importantes’. Cuán grave error cometemos al descuidar dos elementos fundamentales (que no únicos) en la proyección del ministerio de un pastor sobre su iglesia: la cercanía personal y el púlpito. Se me ocurren pocos casos de pastores que, cuidando el púlpito y apacentando a la grey, hayan fracasado en sus ministerios.
Otro elemento de cambio en la percepción del ministerio pastoral es la movilidad. Un pastor siempre tiene la maleta a medio hacer, creíamos, aunque después el Señor le tenga toda una vida en una misma congregación. Pero muchos hoy no están dispuestos a pagar el precio que el llamamiento al ministerio pastoral requiere. Alguien me decía que ser pastor no significa ir como un caracol ‘con la casa a cuestas’. Y eso es cierto, en parte; porque sí lo requiere y debe ser asumido. Hoy, ya desde el proceso de formación, aquellos que sienten el llamamiento pastoral alegan que no se les puede pedir que abandonen sus ciudades de origen, ni sus trabajos, ni sus comodidades (legítimamente obtenidas) para, por ejemplo, ir al seminario. Todo debe girar a su alrededor; hay que llevarles la formación a la puerta de casa y solo pueden pastorear su iglesia local. ‘Lo otro ya no se lleva’.
Dejo la reflexión aquí. Creo que son aspectos suficientes (aunque no exhaustivos) para ver que se está produciendo un cambio y, en estos casos, no creo que para mejor. El pastor como guía cercano de individuos y congregación, frente a gerentes poco accesibles, con objetivos de marketing empresarial y no según los criterios contraculturales del Reino de Dios; el valor de la calidad y continuidad en el sermón dominical, frente a la alternancia y entretenimiento; la entrega y renuncia vital por el llamamiento ministerial, como un modelo de vida, entregada, discipular y ejemplar. Cercanía, desde la Palabra y como modelo de vida, son aspectos irrenunciables de la pastoral.

Cuando los pastores nos quejamos de lo devaluado que está el ministerio pastoral, sin duda hay razón en la queja. Las iglesias y el liderazgo denominacional han denostado, en muchos casos, la figura pastoral de manera injusta. Pero en otras ocasiones, los propios pastores hemos contribuido a ese descrédito. Si nada de lo que era característico de un pastor ya le es propio, pues muchos otros lo pueden hacer, y ya no se quiere pagar el precio de dejarlo todo para responder al más hermoso llamamiento que persona alguna pueda recibir, entonces, ‘cualquiera puede ser pastor’, y por tanto, sobran los pastores. El efecto péndulo de esta situación lo estamos viendo en el creciente acercamiento de las iglesias a modelos pastorales muy autoritarios y verticales, donde ‘el pastor es pastor’. Aquellos polvos trajeron estos lodos.

lunes, 17 de junio de 2013

REVISTA PROTESTANTE DE TEOLOGÍA


El claustro de profesores de la 

Facultad Protestante de Teología UEBE anuncia la publicación 

de su nueva revista académica:



Multidisciplinar

Desde una perspectiva Protestante

Autores nacionales e internacionales de primer nivel

Artículos de reflexión, formación y actualización teológica


Para más información, pincha: 

domingo, 19 de mayo de 2013

¡FELIZ PENTECOSTÉS! - HAPPY PENTECOST!


"...recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1.8)

EL RETO CONTINÚA HOY DE SER TESTIGOS DE LA ESPERANZA DE JESÚS PARA TODA LA TIERRA

jueves, 9 de mayo de 2013

lunes, 29 de abril de 2013

LOS ÚLTIMOS AÑOS EN LA VIDA DE PABLO

He recibido el programa oficial de uno de los eventos académicos de más altura de este año en el campo de los estudios neotestamentarios:

CONGRESO INTERNACIONAL: 
LOS ÚLTIMOS AÑOS DE LA VIDA DE PABLO

El elenco de ponentes internacionales es extraordinario, reuniendo a biblistas e historiadores de primera línea para analizar una figura y un periodo tan fundamentales en el origen del movimiento cristiano: John Barclay (Durham); N.T. Wright (St. Andrews); Loveday Alexander (Sheffield); Udo Schnelle (Halle); Jörg Frey (Zürich), entre otros.

Para más información: 
http://insaf.arquebisbattarragona.cat/ftp/218_20130306081749.pdf

Agradezco a mi compañero y amigo Salvador Villar por informarme inicialmente de este excelente congreso.

jueves, 25 de abril de 2013

AFRONTANDO EL SUFRIMIENTO


He leído (y traducido) esta reflexión en un blog y me ha hecho pensar y empatizar con su autor, así como con tantas víctimas de un sufrimiento que les desborda y que, con frecuencia, aconsejamos mal. A ver qué os parece.

Confrontando la mentira de que Dios no le dará más de lo que puede soportar

Las últimas tres semanas han sido las más difíciles que he vivido. Estas tres semanas han estado llenas de enfermedad; los terribles tres (los terribles dos son una absoluta mentira [el autor se refiere a la creencia popular de que los niños a los dos años de edad pasan a ser muy difíciles de manejar]); un amigo que sufre la consecuencia del pecado; un ministerio de vértigo del que soy parte en confusión y dolor; he tenido que cancelar un viaje para celebrar el 60 cumpleaños de mis padres; y nuestra familia experimenta la montaña rusa emocional de saber que mi mujer está embarazada y que el embarazo era ectópico y podría ser mortal para mi esposa si no se le pone fin.

Ni que decir tiene que ya he tenido suficiente.

Sé que no estoy solo. Por más que las últimas tres semanas han sido duras para mí, sé que algunas personas han tenido que afrontar mucho más y por mucho más tiempo. Pero eso no cambia el hecho de que esto ha sido doloroso para mí y mi esposa. A la vista de todo esto, honestamente puedo decir que no siento ninguna presión para ser el "pastor" y tener la respuesta para esto. Honestamente, ni siquiera como pastor tengo una respuesta para esto. Mis preguntas a Dios sobre la realidad de lo que mi familia ha experimentado en las últimas tres semanas son las mismas preguntas que cualquiera le haría.

   ¿Por qué?
   ¿Por qué no intervienes?
   ¿Por qué no haces algo?
   ¿Por qué no lo arreglas?
   ¿Por qué no pudiste apartar las nubes y darnos un respiro?
   ¿Por qué todo a la vez?
   ¿Por qué?

No sólo me siento bien haciendo esas preguntas, sino que creo que hay algo santo y sagrado en ser lo suficientemente valiente como para preguntarlo. No se deje engañar, esas preguntas son sólo para valientes. Es fácil recurrir a tópicos cristianos diseñadas para hacer que las personas se sienten mejor con la teología de pegatinas y panfletos. Pero axiomas insípidos sirven de poco ante el estado real de ruptura del mundo. Es más valiente hacer las preguntas difíciles a Dios y esperar a que responda, a encontrar esperanza junto a una taza de café. Esas preguntas requieren valor, ya que, al final, es muy probable que no sean contestadas.

En definitiva, no se trata de las preguntas. Detrás de las preguntas hay una profunda corriente de emoción que amenaza con superarnos. Pero muy a menudo, cuando la fractura del universo amenaza con tragarnos en nuestro dolor, no somos capaces de conseguir afrontar plenamente nuestras emociones. En estos momentos creo que hacemos una de dos cosas. O hacemos las preguntas, pero nunca investigamos qué emoción está impulsando esas preguntas, o se recurre a algún lema cristiano banal para tratar de hacernos sentir mejor.

Esta experiencia me obligó a pensar en una de esas frases que se suelen usar cuando alguien está pasando un mal momento: Dios no te va a dar más de lo que puedas soportar. Si me permite el atrevimiento, vamos a llamar las cosas por su nombre:

¡Chorradas!

Que se lo digan a un sobreviviente de Auschwitz.
Que se lo digan al hombre que perdió a su mujer y a su hijo en un accidente de coche.
Que se lo digan a la chica cuya inocencia le fue robada por la fuerza.
Que se lo digan a la persona aplastada bajo el peso de la depresión y la ansiedad.
Que se lo digan a los niños que acaban de saber que uno de sus padres tiene una enfermedad terminal.

Sentimientos anémicos, deficientes que no se sostendrán en un mundo que no es como debería ser.

Ahora que ya he dicho lo que siento, quiero respaldar esta discusión con alguna evidencia bíblica real. Esta declaración en particular, que "Dios no te dará más de lo que puedas soportar," ni siquiera está en la Biblia. Hay una declaración que suena parecida. 1 Corintios 10:13 dice: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar." Pero note que el versículo trata sobre la tentación. Eso es todo. Usted no va a ser tentado más de lo que puede hacer frente. Este texto no está diciendo que usted no experimentará más de lo que pueda soportar. Esa idea no es bíblica. Si hay algo cierto es todo lo contrario. Mire este texto:

Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; (2 Corintios 1:8-9, énfasis del autor).

Posteriormente, Pablo escribe que cuando es débil la fuerza de Cristo se manifiesta. En otras palabras, cuando no podemos aguantarlo más. Cuando estamos hartos. Cuando ya es demasiado. Cuando no nos queda nada. Cuando estamos vacíos. Cuando estamos más allá de nuestra capacidad de afrontarlo. Entonces, en ese momento, se ve la fuerza del Dios de la resurrección. Hasta que no llegamos a ese punto, confiamos en nosotros mismos, pensando que podemos soportar y afrontar el problema.

No me oiga diciendo que me regocijo por el último par de semanas. No lo hago. Ni una sola vez he bailado alrededor de nuestra casa gritando, "¡Sí, sufrimiento!" En cambio, en medio del daño y del dolor, espero activamente que Dios haga algo. Yo no sé qué. No sé cuándo. Pero estoy esperando que el Dios de la resurrección nos sane. Estoy esperando que Dios nos restaure. Estoy esperando que él redima esta situación. Estoy esperando que él haga esto y voy a estar activamente buscando y esperando que haga algo. Creo que la espera expectante sólo puede ocurrir cuando cambiamos nuestros débiles tópicos en una fe auténtica que se agarra a Dios con todo el peso de nuestra emoción y dolor. Sólo entonces puede verse la salvación.

Pero ese cambio requiere coraje.

viernes, 12 de abril de 2013

EL JUICIO DE DIOS COMO ACTO DE GRACIA

"Pero, además, es también un acto de gracia el juicio con el que Dios impone su justicia. La teología y la Iglesia se han acostumbrado equivocadamente a contemplar el juicio y la gracia divinas como alternativas. Sin embargo, hemos de aprender que Dios se muestra también como el Dios clemente en el acto de juzgar, y precisamente en este acto. Sería un Dios no clemente, si dejara que la injusticia siguiera su curso. Dios no sería precisamente clemente, si no fuese el Juez. Porque, en tal caso, sería la historia del mundo la que tuviera la última palabra. Entonces los asesinos triunfarían al fin sobre sus víctimas. Por consiguiente, si hay una justicia de Dios, entonces esa justicia no puede pasar de largo por el juicio de Dios, sino que tiene que pasar a través de la gracia (de la clemencia) de la acción divina de juzgar.
Este aspecto es también de considerable importancia, porque conduce al centro del Evangelio de la justificación del pecador. En efecto, el Evangelio es -en su centro- la palabra de la cruz (1 Cor 1, 18). Y la cruz es un patíbulo. La cruz habla de muerte y de perecer. Si el Evangelio de la gracia de Dios se identifica con la palabra de la cruz, esto quiere decir que la justicia de Dios no transige llegando a compromisos con la injusticia de este mundo, sino que ha condenado esa injusticia en la persona de Jesucristo, destinándola a perecer. Precisamente por eso, la muerte de Jesucristo es la muerte del pecador. En Jesucristo, que -él mismo- no conoció pecado (2 Cor 5, 21), nosotros hemos sido crucificados juntamente con él (Gál 2, 19; Rom 6, 6) y hemos muerto juntamente con él (Rom 6, 8) -esta es una faceta de la afirmación neotestamentaria de que Cristo murió por nosotros (es decir, murió en lugar  nuestro) la muerte del pecador-. La justicia de Dios no pasa sencillamente por alto el pecado del mundo, sino que se impone sobre la injusticia, cuando en la muerte de Jesucristo la condena a perecer y la hace perecer. El crucificado sale garante de que la injusticia será eliminada del mundo. En la cruz se pronuncia el juicio sobre esta injusticia. Y esto ya es gracia.
Sin embargo -y ésta es la otra faceta de aquella afirmación del Nuevo Testamento- ese final negativo de la injusticia y de la culpa humana está orientado positivamente hacia un nuevo comienzo. En efecto, la justicia de Dios es la suma de una riqueza de relaciones, bien ordenada, que Dios no se reserva a sí mismo -como quien dice, en un arranque de egoísmo divino-, sino que comparte con su pueblo, al elegirlo como socio del pacto con Él. El concepto extrabíblico de la justicia tiene primariamente la tarea de garantizar la igualdad entre iguales. Por el contrario, la justicia de Dios se comparte a sí misma con quien es totalmente desigual. La justicia de Dios no es un atributo divino reservado para Dios, sino que es un atributo que Él comparte con otros: Dios es justo al hacer justos a otros.
La imagen contraria y negativa es lo que la Sagrada Escritura denomina pecado: a saber, el impulso a imponer los propios derechos a costa de otros y a ser, por tanto, el prójimo de uno mismo."

Eberhard Jüngel, El Evangelio de la Justificación del Impío (Salamanca: Sígueme, 2004), pp. 110-111